Cuando quedan pocas semanas para terminar el verano, la ola de calor que hubo a primeros de agosto trajo consigo un aumento de los niveles de ozono. Un contaminante que saturó algunas estaciones de medición de la calidad del aire en el Gran Bilbao. Este elemento facilita la aparición de plagas, además de causar problemas de salud en la población.
Según Ecologistas en Acción, el ozono nace con la reacción de otros contaminantes en la atmósfera cuando hay mucha radiación solar. Hechos que sucedieron la primera semana de agosto, donde se alcanzaron niveles de polución altos.
En el caso de Bizkaia, no fue solo el Gran Bilbao la zona afectada por la contaminación, parques naturales como el de Urkiola o el de Valderejo también sufrieron altos índices de ozono. Esto se debe a que la polución generada se trasladó al resto del territorio histórico mediante el aire y las brisas.
La aparición de este elemento no solo afecta al aire que respiramos sino que también perjudica a la flora y la fauna de la zona. Según Ecologistas en Acción, la presencia de ozono aumenta la posibilidad de aparición de plagas y enfermedades. Aspecto que sumado a lo asegurado por parte de la Asociación de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) sobre la mayor presencia de cucarachas este verano en Bilbao y otras poblaciones de Bizkaia mantiene en alerta a las empresas de control de plagas.
Problemas para la población del Gran Bilbao
Pero la fauna y la flora no solo se verán castigada por la mayor aparición de plagas. La población también estará afectada por estos altos índices de ozono. Si las entidades públicas Ayuntamientos, Diputaciones… no ponen remedio en un corto periodo de tiempo algunas personas padecerán problemas en las vías respiratorias o irritación en los ojos. A mayor plazo, si los niveles no descienden se podrían padecer enfermedades respiratorias o cardiovasculares como el asma.
Para solventar estos altos índices de ozono en el Gran Bilbao, las Administraciones deberán tomar medidas como: la limitación de la velocidad de automóviles, la restricción de vehículos diésel o la prohibición de aparcar en el centro de la ciudad para fomentar el transporte público. Medidas que ya se han tomado en otros países con excelente resultados.