Agentes que atacan la madera
Los ataques a la madera los producen Agentes Abióticos (humedad, sol, etc.) y Agentes Bióticos (insectos, hongos, etc.)
Ambos se complementan entre sí; primero actúan los Abióticos y después los Bióticos.
Reblandeciendo y pudriendo la madera, facilitan el ataque de otros agentes.
Los hongos de pudrición descomponen los componente de las paredes celulares de la madera. La madera podrida se vuelve esponjosa o filamentosa perdiendo sus propiedades de solidez.
Se trata de plantas con ausencia de clorofila que se alimentan de los carbohidratos contenidos o almacenados en la madera, cumpliendo la función biológica ayudando a descomponer la madera.
Son cientos las especies de insectos que utilizan los pequeños huecos en la madera para poner sus huevos. Posteriormente, las larvas se alimentarán de la celulosa de la madera «carcomiéndola» poco a poco.
La destrucción, al contrario que con las termitas, va desde el exterior hacia el interior. Son los ataques más frecuentes y fáciles de observar por los característicos agujeros que vemos en la madera.
Las larvas pueden pasar varios años hasta que salen al exterior convertidas en escarabajo, y formando los pequeños agujeros característicos.
Desde termiteros externos llegan a la madera de forma no visible, y la destruyen desde dentro.
San altamente destructivas atacando de manera invisible a la madera. Incluso cuando necesitan salir al exterior de la madera lo hacen mediante cordones o chimeneas de una especie de barro que evita que sean visibles.
Normalmente para cuando nos damos cuenta de su presencia, los daños producidos son extensos. La forma habitual de detectarlas es observando daños en la madera que se ha quedado hueca y que se hunde cuando es presionada.
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