¿Qué daño económico tiene una plaga de ratas en un establecimiento?

Junto a los insectos, los roedores son una de las plagas comunes en nuestras ciudades. Ratas, cucarachas, ratones, chinches de cama… la variedad es tanta que los problemas que causan son numerosos. Eso sí, sufrir un problema de estas características no es lo mismo en una comunidad de vecinos o una vivienda que en un negocio. El impacto económico de una plaga de ratas en un establecimiento como un restaurante o un supermercado puede tener unas consecuencias muy graves.

Cierres temporales, multas, mala reputación… son solo algunos de los resultados por tener en nuestras instalaciones a estas especies.

Por norma general, este tipo de negocios tienen contratado un servicio de prevención a una empresa de control de plagas. Ella será la encargada de efectuar las tareas necesarias para evitar su presencia, y si ya es demasiado tarde, efectuar unas labores de desratización.

Impacto económico de una plaga en un local comercial

El daño de una plaga de roedores puede ser muy grande. Son muchos los campos donde ratas y ratones puede actuar por lo que tener en cuenta este tipo de daños, nos indicará lo importante que es confiar en profesionales.

El mayor daño puede ser las sanciones administrativas o el cierre forzoso. Existe una legislación muy estricta sobre la presencia de plagas en establecimientos, por lo que se deben extremar al máximo este tipo de aspectos. En los casos más graves se puede tipificar como un delito contra la Salud Pública.

Otro importante perjuicio está en la pérdida de reputación y de clientes. No puede haber peor imagen que un cliente detecte una rata mientras está cenando o haciendo la compra. Un aspecto como este puede dañar gravemente la fama de nuestro local, tener malas reseñas en internet etc. Hechos como estos pueden dar al traste con un comercio que lleve años abierto y recuperar esa imagen no es nada sencillo.

Por su parte, no podemos olvidar la actividad del roedor. Puede causar daños en el cableado eléctrico, telefonía, televisión etc. Ratas y ratones se pasan el día royendo todo tipo de estructuras con los daños que conlleva. A su vez no podemos olvidar las pérdidas en materia prima. Las plagas pueden contaminar alimentos, dando origen a pérdidas económicas. Además hay que recordar que las ratas son animales vectores de transmisión de enfermedades como la salmonelosis, leptospirosis, hantanavirus etc.

¿Cómo evitar ese daño?

Por suerte este tipo de escenarios se pueden evitar de manera sencilla. Tanto haciendo unas labores de prevención nosotros mismos como contratando los servicios de una empresa de control de plagas tendremos alejados de nuestras instalaciones a los roedores.

Efectuar inspecciones regulares, mantener limpia nuestra cocina y despensa, guardar de forma correcta los alimentos o sellar grietas y aberturas por donde puedan entrar es lo primero que debemos llevar a cabo. Después de esto la apuesta por profesionales es lo más adecuado. Ellos se encargarán de realizar unas labores de control, estableciendo una serie de tareas con resultados eficaces.

Tener una plaga de roedores en un establecimiento es un problema grave. El impacto económico y reputacional puede dar al traste con nuestras ilusiones. Por eso, ponerse en contacto con una compañía experta nos ayudará a paliar esta situación y a realizar labores de desratización o desinsectación en el caso de que sea necesario.