Plaga de palomas en Bilbao. ¿Por qué no hay que alimentarlas?

Una de las estampas más habituales de parques, plazas o zonas turísticas de las ciudades es dar de comer a palomas. Niños, mayores y turistas son los principales “culpables” de esta acción, pero aunque parezca un hecho inofensivo, entraña ciertos riesgos sanitarios. Ayuntamientos y empresas de control de plagas se afanan en poner control a este tipo de situaciones. De hecho, realizan campañas de información a fin de que no se dé alimento a este tipo de ave. ¿Pero por qué no se debe dar de comer a las palomas? ¿Qué riesgo existe para la población?

A pesar de que parezca una especie inofensiva, este animal no solo supone un riesgo sanitario para los vecinos de cualquier municipio. También son conocidas por los daños que ocasionan al mobiliario urbano.

Son muchas las localidades de Bizkaia, Gipuzkoa o Araba/Álava que sufren una superpoblación de esta ave. Anualmente consistorios y profesionales no dudan en realizar campañas de control de plagas de palomas a fin de tener bajo control la situación.

Junto con los métodos más tradicionales como el empleo de pienso esterilizante, capturas selectivas o la implantación de sistemas de prevención en edificios y solares, muchos ayuntamientos tratan de concienciar a la ciudadanía de que no dé alimento a esta especie. Son campañas informativas donde se indica que alimentarlas puede acarrear tener una sobrepoblación e inciden, en lo importante que es dificultar su acceso a comida y que en algunos municipios supone una infracción.

¿Por qué está prohibido dar de comer a las palomas?

Como hemos dicho unas líneas más arriba palomas y ciudades están unidas de la mano. Es una parte de cualquier paisaje urbano, pero el problema reside cuando hay superpoblación. Además, dejarles comida en parques, plazas o calles puede suponer la aparición de otro tipo de plagas como las ratas o las cucarachas.

Por eso, las ciudades son tan meticulosas en este tipo de aspectos. Una plaga de esta especie puede suponer un problema de salud pública. Se les considera vectores de transmisión de enfermedades como la histoplasmosis, la salmonelosis y la criptococosis. Además sus excrementos causan importantes daños al conjunto de monumentos de una ciudad y a comunidades de vecinos con los consecuentes problemas culturales y económicos.

Por eso, las autoridades y las empresas de control de plagas piden responsabilidad y colaboración en este asunto. Normalmente los Ayuntamientos realizan campañas de control e información en todos los barrios de los municipios detallando una serie de pautas y recomendaciones y las consecuencias que tiene dar de comer a esta ave.

Algunas de las indicaciones que proporcionan es: no tirar comida a la vía pública, cerrar las bolsas de basura y tirarlas dentro del contenedor etc. Por su parte en los edificios hacen un llamamiento a tener los espacios comunes limpios, instalar sistemas como redes, púas que eviten que se posen y aniden etc.

Sea como fuere la colaboración ciudadana resulta indispensable para evitar este tipo de plaga en los municipios. Comunidades de propietarios, edificios municipales… ningún inmueble o monumento está libre de padecer las consecuencias de esta especie, por eso es importante evitar dar de comer a las palomas a fin de impedir su propagación.