plaga rata grisSolemos decir las empresas de control de plagas que el tan usado concepto de “exterminio de plagas” no es correcto. ¿Por qué no? Porque nuestro trabajo contra las plagas urbanas en Bizkaia consiste en mantener poblaciones de insectos y roedores bajo control. A pesar de los tratamientos localizados, donde sí podemos exterminar la plaga, debemos saber que estas pueden volver. Vivimos en ciudades o entornos donde siempre quedarán ejemplares que tarde o temprano volverán a reproducirse y a buscar cobijo o alimento.

Sin embargo hoy os contamos un caso excepcional sobre un completo exterminio de ratas, que podría considerarse la mayor desratización de la historia.

Hablamos de un caso que se ha dado en unas islas del Atlántico, las Islas Georgianas del Sur. Se trata de un trabajo de 10 años con una inversión aproximada de 12,5 millones de euros.

Cómo empezó la plaga de ratas en las islas

Hace muchos años (siglo XVII), las ratas llegaron allí en los barcos balleneros. Se trataba de la rata gris o rata común, una especie desconocida hasta entonces en aquellas tierras. Rápidamente la rata se convirtió en especie invasora, al encontrar allí todo lo que necesitaba para su proliferación. Contaban con alimento en abundancia, agua, cobijo, y escasos depredadores. Las ratas se convirtieron en la mayor plaga de la isla, llegando a hacer peligrar la existencia de otras especies.

Se trataba de una superficie similar en extensión a la provincia de Araba/Álava, que se había convertido en una auténtica ratonera. Con un clima frío oceánico, las Islas Georgias del Sur constituyen un archipiélago en las Antillas del Sur. Pertenecen al Reino Unido, y cuentan con una fauna autóctona donde destacan algunas aves como los pingüinos, el petrel azulado, la paloma antártica, la cachirla geórgica y el pato geórgico.

Precisamente en las aves de la isla las ratas encontraron su mayor fuente de alimento. Los huevos de estas aves resultaban un auténtico manjar bastante fácil de conseguir. Así tras más de dos siglos de proliferación de la plaga de ratas, el censo de las aves marinas apenas llegaba al 1% de su población original. Esto hacía peligrar no sólo la fauna natural de las islas sino algunas especies únicas de estas tierras como la cachirla y el pato piquidorado.

Desratización durante 10 años y exterminio total

Ante el serio riesgo de extinción de las aves marinas, comenzaron a movilizarse con el impulso de la ONG South Georgia Heritage Trust. Han sido 10 años de trabajo aplicando tratamientos de desratización para conseguir erradicar la plaga.

Desde helicópteros se han ido descargando cebos contra ratas en aquellos lugares de paso de los roedores. En total han sido más de tres toneladas de raticida y 4.000 trampas empleado de manera escalonada en el tiempo.

Cuando la plaga ya parecía bajo control, se dio paso a los perros. Perros rastreadores especializados en detectar roedores, se han recorrido la isla hasta erradicar el último ejemplar que pudiera quedar escondido. Los sabuesos han recorrido más de 2.000 kilómetros en busca de ratas por las gélidas islas.

Después de 6 meses sin encontrar ratas en los rastreos, por fin pueden concluir que no queda rata alguna en las islas. Por ello podemos concluir que se trata de la mayor desratización y exterminio de ratas de la historia.