Ante el extraño clima de este último año, que ha provocado que la oruga procesionaria realice dos anidadas en lugar de una, los Ayuntamientos de Barakaldo y Santurtzi aplican medidas especiales para controlar esta plaga.
Puede parecer que esta plaga se da en nuestros bosques y no va a afectarnos en las ciudades o poblaciones del Gran Bilbao, pero aunque se den en menor medida, la probabilidad de que transeúntes o mascotas sufran un incidente es mayor. Hablamos de los pelos urticantes con que cuentan las orugas de procesionaria, que pueden causar problemas a adultos, niños y perros. Además no podemos olvidar el daño que esta plaga causa a los árboles que sufren su presencia.
Para combatir la plaga, los Ayuntamientos de Barakaldo y Santurtzi han decidido comenzar actuaciones para contrarrestar la doble anidación de este año. Las habituales actuaciones contra esta plaga se han visto reforzadas colocando anillos en los troncos para impedir que las orugas bajen de los árboles. Es ahora al terminar el invierno, cuando las orugas empiezan a bajar de los árboles, y cuando podrían empezar a sufrirse afecciones por entrar en contacto físico con las mismas.
La manera habitual con la que varios municipios vizcaínos actúan contra esta plaga, es mediante la endoterapia. Básicamente lo que se hace es inyectar un veneno en los árboles que estará presente en sus hojas cuando las larvas se alimenten de ellas. El veneno no afecta a los árboles, pero sí a las orugas al ingerirlo. En cada nido de procesionaria puede haber entre 100 y 300 orugas, y esta plaga puede afectar tanto a pinos como abetos y cedros. En Barakaldo preocupan especialmente los parques donde además de la colocación de los citados anillos, se han planificado nuevos tratamientos de endoterapia de refuerzo. En Santurtzi se retiraron los nidos accesibles y se colocaron trampas en aquellos árboles donde físicamente fue imposible acceder. Para este otoño tienen prevista la primera endoterapia.
Se trata una vez más de una consecuencia del cambio climático, que también afecta a la propagación y diversificación de otras plagas urbanas. En ejemplo claro es el de la cucaracha americana, que siendo una cucaracha asociada a otras zonas más cálidas, ha empezado a encontrarse en Bizkaia. Se trata de una cucaracha especialmente grande y capaz de planear con sus alas, por lo que muchos las identifican con cucarachas voladoras. En poco tiempo es posible que estemos habituados a verlas por las calles en los meses más cálidos.