Las técnicas de las empresas de control de plagas para eliminar cucarachas son cada vez más complejas y evolucionadas, disponiendo de diversos productos para fumigación de cucarachas o utilización de cebos alimenticios desarrollados por científicos y biólogos estudiando la biología del insecto. Sin embargo en la propia naturaleza encontramos los mecanismos más complejos y fascinantes de lo que el propio ser humano pueda llegar a desarrollar.
La Avispa Esmeralda, de color negro con brillos verdosos y de un tamaño que puede ser varias veces inferior al de las cucarachas que ataca, es capaz de controlar cucarachas dominándolas con una inyección de neuroquímicos en su cerebro. Es la avispa hembra quien se encarga de este proceso. Primero la avispa inyecta un veneno en su abdomen que es capaz de paralizar a la cucaracha. Una vez que la cucaracha no se puede mover, procede a inyectar la sustancia neuroquímica en la cabeza de la cucaracha en una parte concreta de su cerebro (ganglios sub-esofágico) consiguiendo que las cucarachas se vuelvan “zombies”. En ese momento la cucaracha no tiene ganas de huir y camina dócilmente guiada por las antenas de la avispa hasta su nido.
Cuando la cucaracha llega al nido, la avispa tapona la entrada a la madriguera e inyecta un huevo en el interior de la cucaracha. Del huevo sale la larva que se alimentará de la cucaracha permaneciendo la cucaracha viva hasta que la larva entra en su estado pupal 8 días después, formando una crisálida en el interior del cuerpo de la cucaracha ya muerta. Después de cuatro semanas saldrá una nueva avispa.
Esta avispa no la encontrarás matando cucarachas en Bilbao o Bizkaia con su sistema “zombie” ya que es originaria de África, la India y algunas islas del Pacífico, aunque todo es posible en un futuro cercano ya que como hemos visto con la plaga de la avispa asiática, el cambio climático y el tráfico de mercancías está extendiendo diversas especies por otros países.