fumigaciones abejasLas fumigaciones con Cipermetrina, utilizadas para el control de plagas mediante medios aéreos estarían diezmando las colmenas de abejas. Así lo denuncian Ecologistas en Acción de Extremadura.

La Cipermetrina es un insecticida de amplia aplicación, utilizado para el control de plagas agrícolas,  para uso veterinario, e incluso plagas domésticas. Pertenece a la familia de los piretroides, considerados por muchos los “plaguicidas menos malos”. Su toxicidad es baja hacia pájaros y mamíferos

Fumigaciones aéreas

Ecologistas en Acción denuncian el uso de este insecticida fumigándolo desde avionetas para proteger las plantaciones de arroz frente a sus plagas habituales.  Según explican, la fumigación de insecticidas mediante avionetas, resulta poco selectiva e implica múltiples daños colaterales. Los piretroides afectan gravemente a los peces y organismos acuáticos, así como a ciertas especies de insectos, especialmente a las abejas melíferas. Estas abejas llaman sobremanera la atención de organismos ecologistas por su contribución al mantenimiento del ecosistema mediante la función polinizadora que ejercen.  Al parecer se ha comprobado que el efecto de estas fumigaciones poco selectivas causa alteraciones graves en su movilidad derivando frecuentemente en su muerte.  Además,  este tipo de insecticidas reduce el tamaño de las abejas de las colonias expuestas.

Insecticida dañino para los humanos

Aunque muchos consideran el grupo de los piretroides como plaguicidas poco perjudiciales, lo cierto es que cuentan con cierto grado de peligrosidad también para el ser humano.

Los síntomas del envenenamiento incluyen sensaciones faciales anormales, mareo, dolor de cabeza, nausea, anorexia y fatiga, vómito y secreción estomacal incrementada. La Cipermetrina es también un irritante para la piel y los ojos. Por lo regular, los síntomas deberán aparecer después de algunos días pero los pacientes severamente expuestos pueden sufrir además estirones musculares y ataques convulsivos. En tales casos, los síntomas pueden persistir por varias semanas.

Los trabajadores con enfermedades de la piel, enfermedades nerviosas centrales o periféricas, no deben ser expuestos a los piretroides. El fumigador o aplicador de este insecticida debe evitar el contacto con la piel y los ojos. Se deben utilizar gafas, guantes, mascarilla respiratoria, etc.