cucarachas gigantesAunque acabar con las cucarachas suele ser un trabajo destinado a las empresas de control de plagas, en este caso ha sido la policía municipal del distrito de Carabanchel quien ha tenido que actuar. Un aviso ciudadano alertó de la presencia de un taper lleno de cucarachas gigantes en un descampado del citado distrito madrileño.

Los agentes acudieron al lugar donde se encontraron con nada más y nada menos que 54 cucarachas gigantes de Madagascar. No se sabe cómo han podido llegar hasta allí, pero ya han sido trasladadas a un centro de recuperación de animales silvestres. Estas cucarachas no forman parte de las plagas urbanas, ya que su hábitat natural se encuentra en los bosques donde se alimentan de vegetales y madera en descomposición, normalmente en Africa.

Cucaracha gigante africana

Estas cucarachas (Gromphadorhina portentosa) son muy llamativas por el gran tamaño que alcanzan en su fase adulta, midiendo entre 5 y 7,6 cm. Proceden de la isla de Madagascar frente a la costa africana. Al igual que la cucaracha americana, la alemana y la cucaracha negra, son excelentes trepadoras, pero no son capaces de volar.

Además del tamaño su mayor peculiaridad reside en el siseo que es capaz de producir. Ese particular siseo lo producen con aire expulsado a través de sus poros respiratorios, a diferencia de otros insectos que lo consiguen frotando partes de su cuerpo. Cuentan con dos tipos de siseo; el siseo de lucha y el siseo de alboroto. Esta peculiaridad unida a su gran tamaño las ha convertido en objeto de deseo por parte de aficionados a los insectos, que las usan como mascotas.

Cucarachas gigantes también en el cine

La cucaracha gigante de Madagascar ha sido utilizada con frecuencia como referencia o modelo para películas de cine. Su gran tamaño ha inspirado algunas películas de Hollywood como Bug (1975) o Damnation Alley (1977). También han aparecido en películas más recientes como “Están dentro” o “Men in black”, siempre reflejando lo que son, una cucaracha extremadamente grande y por tanto más repulsiva de lo habitual.

Aunque no son consideradas una plaga, el cambio climático y el tráfico  favorece que especies no autóctonas puedan llegar a convertirse en invasoras. Es por ello que casos como estos deben de ser controlados por las entidades correspondientes, ya que realmente se desconocen las consecuencias que podría tener una suelta de 54 cucarachas de esta especie. La gran capacidad de reproducción de las cucarachas podría facilitar que se convirtieran en un plaga en la zona, y quizá ni siquiera una empresa profesional de control de plagas podría eliminar las cucarachas por completo, sino únicamente mantener una población controlada.