El pasado verano los casos de Legionella se incrementaron en la Península, al igual que en el resto de Europa. En concreto, se produjeron hasta cuatro casos de legionelosis en distintos puntos de la Península. Las localidades de Don Hermanas (Sevilla), Alberic (Valencia), Murcia y Cáceres fueron los lugares donde hubo notificaciones, provocando un fallecido y una treintena de afectados.
Según Anecpla, año tras año la incidencia de legionelosis en el Estado viene registrando un aumento progresivo de los casos.
La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental achaca este aumento de la incidencia al cambio climático y a los veranos extremadamente cálidos que se están dando. Por eso, considera que se refuercen las labores de prevención y trabajos de mantenimiento con el fin de tener la situación bajo control. Además se debe confiar en empresas de desinfección como la herramienta más propicia para evitar este tipo de bacteria.
Para aquellos que no estén familiarizados con este aspecto, la Legionella es una bacteria que se encuentra en el agua, ya sea de manera natural o artificial y dentro de las 48 especies, la Legionella pneumophila es la que produce la legionelosis. Un mal cuyos síntomas son similares a una neumonía con fiebre muy alta. Su localización se centra en espacios húmedos con temperaturas entre 25-45 grados. Ubicaciones como torres de refrigeración, instalaciones de agua caliente, spas etc. son algunos lugares donde su presencia suele ser habitual. Por eso es conveniente que estas instalaciones deban pasar una profunda revisión por parte de profesiones antes de que empiecen a funcionar.
Cómo evitar el contagio de legionella
Desde Anecpla señalaron que las personas mayores de 60 años, fumadores o con el sistema inmunológico debilitado son las principales víctimas. Por eso establecieron una serie de recomendaciones para frenar la propagación de esta bacteria.
- Evitar las condiciones que promulguen la aparición de esta bacteria. Esto es impedir el agua estancada, la acumulación de sustratos en ella o las temperaturas entre 25-45 grados.
- Apostar por una empresa de desinfección para las labores de limpieza y desinfección. Este aspecto es la mejor herramienta para prevenir la aparición de la legionelosis.
- Cumplir con la normativa existente. Seguir las pautas marcadas por la legislación nos ayudará a establecer una serie de medidas que nos garantice evitar posibles brotes que pongan en peligro la salud de las personas.
A pesar de que parezcan pocos casos, el aumento de la legionella durante el pasado verano es un hecho que se debe analizar. Más allá de que la incidencia sea de 3 casos por 100.000 habitantes (1.000 al año), no se puede bajar la guardia en este tipo de situaciones. La forma más indicada; la apuesta por profesionales. Ellos son la herramienta más fiable para evitar este escenario y garantizar que nuestras instalaciones estén libres de esta bacteria.