Un reciente estudio acaba de asegurar que las aguas residuales de las ciudades son una gran fuente de información para la detección y cuantificación de la plaga de ratas. Según una investigación realizada por Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Iibb-Csic), este hecho puede suponer un avance para los técnicos de los ayuntamientos y las empresas de control de plagas ya que pueden crearse mapas de roedores señalando puntos específicos de alcantarillado.
Este informe fue presentando en el 18º Taller Anual sobre Espectrometría de masas de alta resolución (HRMS) y aplicaciones Lc-Ms/Ms celebrado en la ciudad de Barcelona.
Este evento, en el que participaron 130 científicos, quiere ser un espacio de debate e intercambio de opiniones entre profesionales y agencias gubernamentales e industria, a fin de poner remedio a este tipo de situaciones.
¿Cómo puede detectarse una plaga de ratas en el alcantarillado?
La clave de este estudio se basa en las heces de este roedor y las proteínas (amilasas pancreáticas) que secretan en el páncreas. Al igual que el ser humano esta sustancia realiza su función en la digestión de los alimentos para posteriormente ser eliminadas.
Según el informe, “la detección de estas enzimas en aguas residuales indica la presencia de animales vivos, y la cuantificación relativa a la amilasa humana podría permitirnos monitorizar el aumento o la disminución de heces de roedores en estas muestras”.
Datos como estos son de gran ayuda y una fuente de información muy importante para la localización de roedores en cualquier localidad del mundo y con estos datos se puede establecer un mapa de acción de esta especie.
Las ratas son vectores de enfermedades por lo que, además de la aprehensión que dan, pueden suponer un riego de salud para la población. Estas se transmiten a través de las bacterias que las infectan y a la transmisión de pulgas, garrapatas y ácaros. Además una vez establecidas resulta difícil eliminarlas sino se apuesta por profesionales.
De hecho, se estima que sin las labores de prevención y desratización realizadas por las instituciones públicas y empresas de control de plagas, esta especie estaría descontrolada ya que “pueden vivir hasta siete años y procrear hasta cuatro veces al año con una media de 10-14 crías”.
A la hora de cuantificar el número de roedores existen diferentes herramientas y estrategias para su vigilancia y control, pero su número nunca es exacto ya que no existe ningún método estandarizado. Por ejemplo, en la ciudad de Barcelona se estima que hay una rata por cada cuatro habitantes, lejos de los datos que se manejan en Nueva York donde se habla de hasta diez roedores por ciudadano.
La plaga de roedores es una dificultad a la que no se le da la suficiente importancia hasta que se padece. Todos vemos con especial recelo este aspecto, pero en realidad es más común de lo que mucha gente pueda pensar. Por eso ante el más mínimo indicio o duda, lo mejor es ponerse en contacto con profesionales. Ellos saben en cada momento cómo actuar y el tratamiento a implementar para erradicar la plaga con la mayor celeridad.