técnica molecular para control plagasEs obligación para las empresas de control de plagas, sean de Bilbao, o de cualquier lugar del mundo, tratar de utilizar la mínima cantidad posible de productos químicos. Las políticas medioambientales nos llevan a eso. Por ello estamos siempre abiertos a nuevos métodos de control de plagas y a su vez también por ello no dejamos de sorprendernos.

En un post reciente hablábamos sobre el uso de ondas electromagnéticas para el control de plagas. En este caso hablamos de una nueva investigación para luchar contra la plaga de la mosca del olivo llamada científicamente Bactrocera oleae.  Lo que han hecho los investigadores de la Universidad Completense de Madrid, ha sido centrarse en la búsqueda de depredadores naturales de dicha mosca. Lo más novedoso es cómo han desarrollado esta posibilidad. Ya que son pocos los enemigos naturales de la mosca del olivo y todavía no han logrado alcanzar un papel importante en los programas de manejo integrado de plagas la clave estaría en localizar especies que puedan serlo. Se trataría de encontrar dichos depredadores de la plaga analizando si existen restos de esta mosca en el aparato digestivo de los posibles enemigos naturales. Para ello utilizarían una técnica molecular capaz de detectar restos de ADN de la mosca del olivo.

Con la simple observación interna resultaría difícil identificarlo debido al pequeño tamaño de los insectos, y más aún de los restos que se pueden encontrar en el sistema digestivo del depredador. Con la técnica molecular aplicada, el ADN de el insecto causante de la plaga podría identificarse sin problema incluso hasta 3 días después de ser ingerido.

El sistema ha sido probado con escarabajos que se alimentan de estas moscas, demostrando la efectividad del método. La duda es ahora si se encontrarán suficientes depredadores naturales y si éstos se podrán dirigir hacia el control de la plaga. Resulta importante para las entidades dedicadas a la salud como para las empresas de control de plagas, descubrir métodos alternativos a los insecticidas. De esta forma la agricultura prosperará con mayor calidad, el medioambiente sufrirá menos, y todo resultará en beneficio para los consumidores, que somos todos.